La imagen tiene existencia mental, por ello, hablar de imagen tiene que ver con la imaginación, con lo que lo que uno imagina.
Basado en
este principio se puede afirmar que una empresa, una institución, un producto,
una persona o una marca gozan de buena imagen cuando uno alcanza a imaginar
aspectos positivos de ella. Y en sentido contrario, gozan de mala imagen cuando
uno imagina aspectos negativos.
Aun cuando
puede pensarse que no es posible controlar lo que un tercero puede imaginar de
uno, la verdad es que, la imagen deseada se puede planear y se puede operar
hasta alcanzar el objetivo.
Contextualizando a la imagen de marca dentro del proceso de adopción mental, (1 Conocimiento, 2 interés, 3 Prueba, 4 Evaluación y 5 Adopción) puede afirmarse que, los objetivos de la imagen se logran en los pasos 3 y 4 correspondientes a prueba y evaluación. Esto significa que, para construir imagen de marca, es preciso pasar primero por dos pasos previos: que la marca se haya dado a conocer y haya despertado el interés con su ventaja competitiva o con su fórmula de valor.
El hecho de que una marca se haya dado a conocer y haya tratado de despertar el interés exhibiendo su formula de valor, no garantiza la prueba o la compra del producto. Aún, cuando uno se encuentre rodeado de productos conocidos, de los cuales somos conscientes de su existencia y aún, cuando desde hace tiempo sabemos lo que son, cómo funcionan y lo que resuelven nunca los hemos probado, porque en la imaginación (la imagen) faltan datos de calidad o datos relevantes para darles una oportunidad. O quizá si hay datos relevantes sobre esos productos, pero el problema es que no les creemos o simplemente <imaginamos> algún tipo de riesgo fuerte con la adquisición.
Dentro de
la dinámica de compra que sigue un consumidor, cuando la persona tiene una
necesidad enfrente, inicia una búsqueda que le permita encontrar las opciones
que la resuelvan. Producto de esta búsqueda, el consumidor se quedará con una
selección compuesta por aquellas opciones que considera le representan un menor
riesgo de compra. El siguiente paso es evaluar las opciones disponibles y
valorar la famosa relación costo-beneficio. Esta evaluación de opciones
considerará 5 riesgos posibles que pueden aparecer con la compra: riesgo
económico perceptible en el precio del producto; riesgo funcional, percibido en
la función óptima y con calidad; riesgo físico, percibido en posibles daños a
la salud o al físico; riesgo social percibido a través del posible rechazo o
aceptación del grupo de referencia por adquirir un producto o una marca
específica y riesgo psicológico percibido a través de sentimientos de
satisfacción, de recompensa o de culpa tras la compra.
La evaluación
de riesgos previa a la compra sigue diferentes niveles jerárquicos según el
género, la edad, el nivel socioeconómico y cultural del consumidor. Así, por
ejemplo, una persona de nivel socioeconómico bajo pondrá mayor énfasis en el
riesgo económico, pero una persona de la tercera edad quizá ponga mayor foco en
el riesgo físico y es probable que un joven adinerado pase por alto el riesgo
económico para privilegiar riesgo social y psicológico.
Con estos
antecedentes es posible afirmar que una marca goza de buena imagen cuando logra
que su público objetivo imagine el menor número de riesgos en la compra de sus
productos o servicios, o bien una combinación de riesgos medidos que vale la
pena asumir. Por tanto, la imagen de marca es un constructo de ideas, equivale
a lograr que la gente se forma una valoración positiva de la marca.
Es
importante mencionar que la prueba (paso 3 del proceso de adopción) es clave
para lograr una imagen estable de la marca. Esto es así porque un consumidor
puede imaginar cosas negativas de la marca hasta que alguien lo convenza de lo
contrario y viceversa. La opinión funciona como una veleta y asta que prueba el
producto, el consumidor valora si lo que imaginó de la marca es real, si supera
la expectativa o si más bien la defrauda. Y es que, hasta que el consumidor
prueba el producto puede tocar los beneficios prometidos por la marca y valorar
la posible combinación de riesgos implícitos.
Por estas
razones las marcas invierten mucho en acercar degustaciones, muestras gratis,
pruebas de manejo, etc. Acompañadas de mensajes cuidadosamente elaborados y
enviados a través de la publicidad o a través de contenidos en redes sociales.
La imagen
de marca o lo que la gente imagina de ella no se ve influenciado únicamente por
la prueba del producto. También se ve influenciada por el comportamiento o por
la conducta de la marca frente a diferentes situaciones. Esto significa que la
imagen de marca se ve afectada por la forma en que una marca se comporta con su
público frente problemáticas sociales como la contaminación, las enfermedades,
las crisis o las catástrofes generadas por fenómenos naturales entre otras
muchas. Por ello, las marcas invierten mucho en estrategias de Relaciones
Públicas planeando eventos deportivos tipo maratones o eventos culturales o
asistiendo a personas en situación vulnerable mediante donaciones o incluso
generando sus propias fundaciones. Porque la imagen de marca no equivale sólo a
afirmar “me gustan los productos de esa marca” también equivale a decir “me
gusta lo que hace esa marca”
La buena imagen
es la antesala de la adopción, en consecuencia, las marcas deben ser muy
cuidadosas de no mentir para no defraudar la expectativa que la gente se ha
construido sobre ellas en su imaginario colectivo.
La imagen
de marca nunca es un objetivo consumado, la gente puede encontrar con mucha
frecuencia experiencias que hacen que la imagen de una marca se modifique
dentro de su imaginario, por ello, es una obligación de la marca monitorear
constantemente la imagen de la que goza para mantenerla, para fortalecerla o
para rectificarla.
Finalmente,
los diseños gráficos aplicados al diseño de logotipos, identidades gráficas o
etiquetas son solo conductores de imagen, no son la imagen. Un logotipo o una
etiqueta detonará una serie de ideas positivas o negativas incluso cuando los
diseños sean de buena o mala calidad gráfica. Hay marcas y productos que gozan
de excelente imagen con pésimas soluciones de diseño gráfico y Productos con
grandes soluciones gráficas que gozan de una imagen negativa o distorsionada.
Jorge Torres